La Agencia Espacial Europea (ESA) y Arianespace (la empresa encargada del lanzamiento) lo confirmaban esta mañana con un escueto comunicado: ’8 minutos después del despegue de la misión VV17 de Vega, tras el primer encendido del motor de la etapa superior AVUM, se identificó una desviación de la trayectoria, lo que implica la pérdida de la misión’. El módulo AVUM (Attitude and Vernier Upper Module) lleva un sistema de propulsión que proporciona la inyección orbital y otro para controlar el balanceo y la inclinación.
Ya por la tarde, Arianespace ha ampliado la información: ’Las tres primeras etapas funcionaron nominalmente (bien) hasta el encendido de la etapa superior AVUM ocho minutos después de la salida de la plataforma de lanzamiento. En ese momento, se detectó una trayectoria degradada, seguida de una pérdida de control del vehículo y la subsiguiente pérdida de la misión".
De acuerdo con sus protocolos, Arianespace y la ESA crearán este miércoles una comisión de investigación presidida por Daniel Neuenschwander, director de Transporte Espacial de la ESA, y Stéphane Israël, director general de Arianespace, quien ha apuntado que el fallo podría deberse a algún cruce de cables por un error humano.
En cualquier caso, esta comisión investigará por qué no se tomaron medidas para identificar y corregir el error de integración. También formulará una hoja de ruta para que Vega pueda volver a volar en condiciones de completa fiabilidad.
Sus datos se hubieran aplicado en áreas como la información topográfica, cartografía, uso del suelo, planificación urbanística, agricultura, gestión del agua, silvicultura, protección del medio ambiente, sector de los seguros y protección civil ante desastres naturales como incendios forestales, sequías, inundaciones y olas de calor.
La información de la superficie terrestre facilitada por Ingenio hubiera servido tanto para las administraciones públicas españolas (organismos de nueve ministerios y de CC. AA.) como para usuarios del mercado comercial internacional.
La carga ‘estrella’ del satélite era un instrumento óptico con dos cámaras que hubieran tomado imágenes de 2,5 m de resolución de la superficie terrestre, cubriendo más de 2,5 millones de km2 por día
La carga ‘estrella’ o útil del satélite era un instrumento óptico de alta resolución, con dos cámaras idénticas que cubrirían unos 28 km de ancho cada una. Para tomar las imágenes, ambas disponían de dos canales: un canal pancromático (blanco y negro) de 2,5 m de resolución, y otro multiespectral con cuatro bandas (azul, verde, rojo e infrarrojo cercano) de 10 m de resolución.
El instrumento hubiera operado en modo de barrido en una franja de 55 km, ’cubriendo más de 2,5 millones de km2 por día’, según destacó ayer Jorge Lomba, jefe del Departamento de Programas Aeroespaciales del CDTI durante una rueda de prensa previa al lanzamiento. ’Nuestro objetivo era diseñar, desarrollar y controlar un sistema espacial completo por primera vez’, señaló.
También ofreció algunos datos de SEOTAT-Ingenio: masa de 750 kg, vida útil de 7 años (aunque transporta combustible para 10) y operación en órbita heliosincrona (pasar sobre una determinada latitud terrestre en un mismo tiempo solar local) a una altura de 670 metros. Hubiera girado un poco más de 14 veces al día alrededor de nuestro planeta. También estaba previsto que este satélite óptico se hubiera complementado con PAZ, una misión radar lanzada en 2018.
Iba a complementar a otros ‘centinelas’ de la Tierra
Por su parte, Josef Aschbacher, director de los Programas de Observación de la Tierra de la ESA, recordó que SEOSAT-Ingenio iba a complementar las misiones del programa europeo Copernicus (con sus satélites Sentinels) y que sus datos se hubieran utilizado no solo en España y el resto de Europa, también en otras partes del mundo como el norte de África y América Latina.
La proyección internacional de SEOSAT-Ingenio también la apuntó José F. Moreno, presidente del Grupo Asesor de esta misión, ’aunque para nosotros era realmente importante hacer de esto una misión nacional española: con tecnología nacional y el desarrollo de un programa de observación de la Tierra también nacional (incluyendo la explotación de datos)".
El nombre de la misión Ingenio hace referencia a esa facultad del ser humano para discurrir con prontitud, crear y conseguir finalmente lo que se desea
Para la fase de lanzamiento y órbita temprana, el control de la misión estaba en el Centro Europeo de Operaciones Espaciales de la ESA (ESOC) en la ciudad alemana de Darmstadt, pero después ya se hubiera encargado de la gestión el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA) en Torrejón de Ardoz (Madrid).
El director del Programa de Exploradores de la Tierra de la ESA, Dominique Gillieron, subrayó que SEOSAT-Ingenio ’era mucho más que un satélite: era un sistema operacional completo’, y que, a pesar de los retos que ha supuesto la pandemia por la covid-19 y el confinamiento, se habían logrado superar las distintas etapas en su desarrollo... hasta hoy.
Al final de la rueda de prensa, algunos de los ponentes cruzaron los dedos, pero desgraciadamente no se cumplieron sus deseos y el lanzamiento de la misión Ingenio falló, aunque su nombre hace referencia a esa facultad del ser humano para discurrir con prontitud, crear y conseguir finalmente lo que se desea.
Ilustración de SEOSAT-Ingenio sobrevolando la Tierra cerca de España, una imagen que de momento no se hará realidad. / ESA - P. Carril
Pedro Duque destaca el legado tecnológico de Ingenio
El ministro de Ciencia e Innovación, Pedro Duque, ha lamentado en Twitter la pérdida del lanzador que llevaba a SEOSAT-Ingenio a su órbita, recordando, no obstante, que las tecnologías desarrolladas han servido para capacitar a las empresas españolas (Airbus España, Sener, Thales Alenia Space, GMV, Indra, Crisa, Deimos Space...), facilitando que accedan a nuevos contratos como la misión LSTM para el programa europeo Copernicus.
La ESA ha firmado este mismo mes varios con empresas europeas para construir tres nuevas misiones Copernicus de alta prioridad, y una de ellas es la de seguimiento de la temperatura de la superficie terrestre (LSTM, por sus siglas en inglés: Land Surface Temperature Monitoring). El contrato de 380 millones de euros se ha rubricado con Airbus España en presencia de Duque. Es la primera vez que España liderará el desarrollo de una nave Sentinel para Copernicus.
LSTM llevará un sensor infrarrojo térmico de alta resolución espacio-temporal que ofrecerá observaciones de la temperatura superficial terrestre. En particular, responderá a la necesidad de los agricultores europeos de aumentar la sostenibilidad de su producción en un contexto donde cada vez escasea más el agua y el medioambiente se va alterando.
El director de los Programas de Observación de la Tierra de la ESA, Josef Aschbacher, también ha señalado: ’Estamos todos muy tristes por la pérdida de la misión de imágenes terrestres SEOSAT-Ingenio, pero quiero recordar que hemos alcanzado al cien por cien el otro objetivo, que era desarrollar un conocimiento experto sólido sobre sistemas espaciales en España. Esto ha quedado demostrado con la firma del contrato con la industria española para liderar la misión LSTM".
Ilustración de la misión Land Surface Temperature Monitoring (LSTM). / Airbus
EL MAYOR PROYECTO DEL SECTOR ESPACIAL ESPAÑOL JAMÁS REALIZADO
Inminente lanzamiento del satélite español Ingenio de observación de la Tierra
SINC
La madrugada del martes 17 de noviembre despega desde la Guayana Francesa la misión SEOSAT-Ingenio, que ofrecerá imágenes terrestres en alta resolución a diversas administraciones españolas y usuarios europeos. Sus datos se aplicarán en cartografía, agricultura de precisión, desarrollo urbano, gestión del agua, estudios sobre el cambio climático, control de incendios y otros desastres naturales.
La misión Euclid de la Agencia Espacial Europea (ESA), que mapeará el universo en 3D y ayudará a investigar la materia y energía oscuras, ha superado un nuevo hito antes de su lanzamiento en 2022. Se han completado y entregado sus dos instrumentos, uno de ellos con una rueda de filtros ‘made in spain’, para integrarlos con el resto del telescopio en las instalaciones de Airbus en Toulouse (Francia).